Agotamiento Crónico Laboral
El síndrome de burnout (en inglés, agotamiento, desgaste o quemado), hace referencia a la fatiga crónica provocada por periodos prolongados de estrés laboral.
La Organización Mundial de la Salud OMS, reconoció en 2019 el síndrome de burnout como una enfermedad a ser incluida en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Conexos (CIE-11), cuya entrada en vigor se fijó para el 1 de enero de 2022. A raíz de los sucesos vividos durante los últimos dos años provocados por la pandemia de Covid-19, este padecimiento se extendió a nuestros hogares, por ello, el estrés pasó a ser una de las causas que más enfermedades físicas, mentales y emocionales provocan actualmente entre la población.
Hasta hace algunos años no teníamos información sobre este padecimiento y su sintomatología se confundía con alguna otra condición. Por ejemplo, era muy común tener cansancio extremo e inmediatamente lo combatíamos con vitaminas o recomendaciones de un descanso que, supuestamente, nos harían sentir mejor.
Y si a lo anterior agregamos el quedarnos en casa de los dos últimos dos años, con toda la carga en ello implícita, los motivos para sentir una fatiga en ocasiones desquiciante, se incrementaron. Este cansancio extremo genera todo un conjunto de síntomas y señales las cuales podemos identificar como migrañas, dolores musculares, fatiga constante, taquicardia, problemas gastrointestinales y una desregulación del ciclo menstrual. Esto únicamente en el sentido físico, pero si nos vamos al aspecto mental, las consecuencias son estrés, ansiedad, insomnio, dificultad para concentrarse, irritabilidad, baja autoestima, y por consecuencia, depresión.
Dentro de las consecuencias de padecer esta patología, está el impacto directo sobre la productividad diaria, un persistente estado de desmotivación que, a su vez, genera frustración y apatía por el sentido de vida.
El síndrome de burnout se caracteriza por ser un padecimiento que va creciendo de manera progresiva. Se pueden tener síntomas depresivos crónicos, de psicosis o pensamientos suicidas que nos puede llevar, en algunos casos, al abuso de psicofármacos, alcohol y otras drogas. Para poder hacer un diagnóstico certero, los especialistas tienen que conocer toda la sintomatología acompañada de una entrevista con el paciente para referir el tratamiento adecuado.
La prevención del síndrome de la fatiga crónica o burnout, se da cuando empezamos a toma conciencia de la importancia de nuestro bienestar continuo, buscando herramientas necesarias para ayudarnos a administrar el tiempo y otros recursos, y que esto se traduzca en la realización de las actividades diarias de manera ordenada y eficaz. No es necesario renunciar a nuestras legítimas ambiciones y aspiraciones, simplemente se debe buscar un punto de equilibrio que se ajuste a las metas trazadas sin necesidad de sacrificar la salud física, mental y emocional.
Si en algún momento se requiere apoyo para enfrentar esta compleja situación, se debe buscar ayuda de expertos en el tema para contar con un acompañamiento profesional que ayude a generar nuevamente una vida satisfactoria y con sentido.
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