Mujeres Queretanas Transforman Realidades

Por Deyanira Álvarez, Gunaa Revista

Santiago de Querétaro, Qro., 26 de mayo de 2025. Durante siglos, a las mujeres se nos ha dicho que soñar es un lujo, que debemos conformarnos con lo asignado y priorizar el deber sobre nuestros anhelos. Sin embargo, en Querétaro, las mujeres líderes están desafiando ese mandato con un fuego interior que no se apaga. En Gunaa Revista, celebramos cómo las queretanas están transformando sus sueños en actos de rebeldía y empoderamiento, tejiendo un futuro de equidad de género y liderazgo femenino para ellas y sus comunidades.

Soñar es un acto de resistencia. “Desde niñas, muchas hemos aprendido a soñar con culpa, como si nuestros anhelos fueran demasiado grandes”, reflexiona una madre artesana de Amealco. Pero ese sueño, lejos de ser una evasión, es una necesidad vital. Es el impulso que surge cuando la vida se vuelve hostil, cuando las violencias o la escasez amenazan. “Soñar es imaginar que otro presente es posible”, dice Lucía Torres, una emprendedora de Santa Rosa Jáuregui, quien transformó su pasión por los textiles en un negocio que sostiene a su familia.

Un sueño que empodera desde la raíz

Para las mujeres queretanas, soñar no es un acto solitario; es colectivo. Desde las comunidades de barro y maíz, donde las abuelas enseñaron a moldear la arcilla o teñir hilos con pigmentos naturales, hasta los fogones de adobe donde se hornea pan, las mujeres emprendedoras están convirtiendo tradiciones en sustento. “No se trata solo de vender un producto, sino de compartir una historia”, explica Sofía Ramírez, una cocinera de Corregidora que ofrece talleres culinarios. Estas mujeres generan empleo, abren espacios seguros y recuperan el valor de lo propio, midiendo su éxito no por mercados globales, sino por el bienestar comunitario.

El camino no es fácil. “Muchas hemos sido educadas para cuidar a otros, no para apostar por nosotras”, admite Lucía. Romper con esa creencia es un acto de valentía que desafía el techo de cristal y los mandatos de minimización. Cuando una mujer se presenta con orgullo como artesana, curandera o emprendedora, está diciendo: “Yo valgo, yo puedo, yo tengo algo que ofrecer”. Este empoderamiento, forjado en cada paso dado y cada producto vendido, sostiene un tejido invisible de iniciativas lideradas por mujeres.

Soñar juntas por un futuro digno

“Cuando una mujer empieza a creer en sus sueños, ya no acepta migajas”, señala Sofía, capturando la esencia de esta revolución. En Querétaro, donde el Foro Mujeres Estelares y la Universidad de las Mujeres alzan la voz femenina, soñar es un acto político que desobedece narrativas dominantes. Es trazar los bocetos de la libertad, imaginar futuros donde las hijas tengan más opciones, los cuerpos sean libres y los pueblos sean escuchados.

Estos sueños son herencia y promesa. Lo que las abuelas soñaron hace décadas —como tejer en libertad o construir casas— hoy es realidad para muchas. Y lo que las queretanas sueñan hoy, desde negocios sostenibles hasta proyectos comunitarios, abrirá caminos para las próximas generaciones. “Soñemos grande, soñemos juntas”, invita Lucía, porque cuando los sueños se comparten y se cuidan, tienen la fuerza de transformar el mundo.

Un Querétaro que florece con sueños femeninos

En Gunaa Revista, vemos en cada mujer que se atreve a soñar un fuego que arde, silencioso pero imparable. Desde las artesanas de Amealco hasta las emprendedoras de Juriquilla, las queretanas están demostrando que soñar no es ingenuidad, sino estrategia y rebeldía tierna. Este acto de imaginar un futuro más digno, más pleno, más suyo, no solo empodera a las mujeres, sino que enciende una chispa de cambio para toda la comunidad. Porque en Querétaro, las mujeres no solo sueñan; lideran con el corazón y construyen realidades.

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