Las mujeres de los Yakuza

Un fotorreportaje de Chloé Jafé

Antes que nada hay que comenzar explicando quiénes o qué son los Yakuzas, la etimología de la palabra nos remite al Japón del periodo Edo (1600 al 1800) cuando había grupos de apostadores, actividad ilegal, de ahí derivó su imagen indeseable y el nombre ya (ocho), ku (nueve) y za (tres), ya que 8, 9 y 3 son 20 puntos, que es la peor mano en el oicho-kabu, una variante del juego de cartas hanafuda.

 

Esta organización (Yakuza) existe en la vida cotidiana del Japón contemporáneo y sus negocios, entre los que se encuentran bares, karaokes, así como sex shops y ambulantaje, en donde se mezcla lo legal y lo ilegal, lo socialmente aceptable y lo antisocial. Sus miembros se distinguen por llevar extensos tatuajes en gran parte del cuerpo. Chloé Jafé se embarcó en el proyecto de fotografiar a las mujeres de los Yakuza sin saber siquiera el idioma, se instaló en Shinjuku, zona roja de Tokyo, en donde estaría más cerca de la organización. 

Trabajó en un bar de dicha zona y hasta después de cuatro años fue que pudo acercarse a uno de los jefes de la mafia japonesa. Chloé le expuso su intención de fotografíar a las mujeres dentro de la organización y él aceptó. Sin embargo, no siempre tuvo suerte.

Antes de haber sido aceptada para realizar las fotografías, cometió el error de hablar con la persona incorrecta a quien le comentó sus planes, después de eso, en varias ocasiones le robaron su maleta, cartera y celular. El mensaje era claro: debía alejarse de ahí. Pero su tenacidad la llevó al fin a conseguir su objetivo: darle voz y una presencia a las mujeres que están detrás de una de las bandas más temidas del mundo, los Yakuza. Comenta Chloé en una entrevista que le realizaron en JOIA: “Hay dos palabras en japonés que aprendí después de hacer este proyecto. Estas palabras
no existen en otros idiomas y son ‘Gaman’, que significa paciencia, y ‘Gambarimasu’, que quiere decir dar lo mejor de uno mismo, algo parecido a la perseverancia”.

6MUJERES YAKUZA

Un fotorreportaje de Chloé Jafé.

Para estas mujeres, el uso de tatuajes es símbolo de fuerza, resistencia al dolor, independencia
y una forma de armadura que las protege del acoso de los hombres. Ya que  los tatuajes solo pueden ser vistos por sus  amantes o esposos. Lo que Chloé nos muestra es único y de gran valor, sus fotografías nos revelan momentos íntimos dentro de la organización, rituales, retratos de cuerpo
entero mostrando la estética del arte plasmado en la piel.


Si los Yakuza están fuera de la ley o no respetan los estándares sociales, sus mujeres no pertenecen ni siquiera a los Yakuza, están ahí y siguen sus normas, pero pueden no seguirlas, pueden tener privilegios dependiendo de la situación. A veces trabajan en los negocios que tienen sus esposos,
o cuidan de sus hijos y llevan la economía del hogar. Son mujeres que flotan entre dos mundos: el de sus esposos que a veces están fuera de ley y el de las mujeres en la sociedad  japonesa. Y en ambos mundos son sombras.


Por eso es que la fotógrafa francesa Chloé Jafé quiere reivindicar a este grupo de mujeres, darles voz y hacer que el mundo sepa que existen.

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