Cuando el Cansancio Moderno Nos Pide Detenernos

La sociedad moderna no descansa: mide, compara, optimiza. Nos dijeron que ser productivos era la clave del éxito, pero olvidaron mencionar el precio. Hoy la productividad se convirtió en una forma elegante de ansiedad. Cada lista de pendientes no tachados pesa más que una jornada laboral.

El problema no es querer avanzar, sino confundir movimiento con valor. Si no publicas, no existes; si no produces, no vales. El reloj se volvió enemigo, y el descanso, un lujo que hay que justificar. Trabajamos más para tener tiempo libre, pero cuando llega, no sabemos qué hacer con él.

Esta fatiga colectiva no solo se siente en la oficina: se filtra en la vida personal, en el ocio, en las relaciones. Nos autoexigimos incluso al descansar —”aprovecha el día”, “haz algo productivo”— como si el silencio fuera improductivo por naturaleza.

Pero algo se está reescribiendo. Nuevas generaciones empiezan a cuestionar la narrativa del “hustle culture”. Ya no se trata de hacer más, sino de hacer con sentido. De volver a medir el éxito en bienestar, no en rendimiento.

La productividad sin propósito es solo ruido con calendario. Tal vez el verdadero progreso esté en detenerse. En permitirnos ser, sin un KPI de por medio.

Picture of Deyanira Álvarez, Gunaa Revista

Deyanira Álvarez, Gunaa Revista

Directora General de Gunaa Revista

Continue Reading
Recent Posts
Advertisement

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *