Mileva nació el 19 de diciembre de 1875 y aunque su esposo, Albert Einstein, es mayormente conocido como uno de los más grandes científicos del siglo XX; ella siempre estuvo apoyándolo, incluso a veces intercambiaban nombres en sus trabajos para que Albert tuviera bien su trabajo. A Mileva siempre le preocupó que Albert no fuera reconocido por su genio, y por amor a él siempre lo apoyó.
Albert Einstein siempre se refirió a sus teorías y trabajos como algo que “logramos” o que “desarrollamos”, refiriéndose a él y su esposa Mileva. En agosto de 1899, Albert escribió a Mileva: “Cuando leí Helmholtz por primera vez, me pareció tan extraño que no estuvieras a mi lado y hoy, esto no está mejor. Encuentro que el trabajo que hacemos juntos es muy bueno, curativo y también más fácil”.
A finales de 1800 las familias eran muy tradicionalistas y en el caso de Albert, sus padres no eran la excepción. Ya que Mileva era Serbia y no judía, además era demasiado intelectual y tenía un problema en el pie que la hacía cojear, por ello la madre de Albert se opuso rotundamente a su romance, mientras que su padre, un poco mas flexible, le dijo: primero consíguete un trabajo y después podrás casarte.
En septiembre de 1900, Albert escribió a Mileva: “Espero con ansias reanudar nuestro nuevo trabajo. Por ahora debes continuar con tu investigación –cuán orgulloso estaré de tener a una doctora como esposa, mientras yo solo seré un hombre común–”.
El 13 de diciembre de 1900 presentaron un primer artículo sobre la capilaridad firmado solo bajo el nombre de Albert. Sin embargo, ambos se refieren a este artículo en las cartas como un trabajo en común. Mileva presentó tres veces su examen para titularse, sin éxito, ya que su profesor Weber la reprobaba, por lo que Albert sospechaba que el profesor no quería que ella se titulara.
Albert comenzó a laborar en una empresa de patentes, trabajaba diario incluso los fines de semana; Mileva llevaba el orden de la casa y de los trabajos de investigación de Albert, también lo acompañaba y le ayudaba por las noches a trabajar en sus proyectos personales. En 1904 tuvieron un hijo y un año después presentaron cinco artículos que revolucionaron el mundo de la física.
Años más tarde, después del nacimiento de su segundo hijo, y con trabajos remunerados, Albert Einstein tenía ya una posición importante como docente en la Universidad de Zurich, Mileva temía que la fama le hiciera perder el piso. En una carta a Helen Savic, Mileva confesó: “con toda esta fama ahora tiene poco tiempo para su esposa”. Poco a poco la pareja se distanció hasta que Albert comenzó una relación con su prima.
Mileva le pidió el divorcio y sabiendo la calidad de trabajo que ella y él realizaron, estaba segura que recibiría el premio Nobel, así que le hizo firmar a Albert que si recibía el premio, el dinero sería de ella y lo usaría para la educación de sus hijos.
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